Park Güell

El Park Güell es extravagante pero sutil: una muestra a gran escala de la prodigiosa creatividad de Gaudí. Ubicado en la zona alta de Barcelona, cuenta con jardines exuberantes, edificios únicos y detalles sorprendentes. Desde el lagarto de la entrada, hasta el famoso banco serpenteante, los infinitos detalles del parque deslumbran a los ojos más exigentes. Visitar el Park Güell permite pasear al aire libre bajo el sol de Barcelona y disfrutar de una obra clave de Gaudí. ¡Una apuesta ganadora!
Ya sea por los muros, las carreteras y los paseos inspirados en las formas de la naturaleza o por los espectaculares edificios y coloridos mosaicos, el Park Güell se alza en la ciudad como el parque gaudiniano por excelencia.
La entrada está presidida por un lagarto cuya piel la forman cientos de piezas de ceramica que conforman un mosaico. Junto a él, se erigen dos curiosas edificaciones de formas caprichosas. Y cuanto más te adentres en él, más rarezas verás.
El parque fue concebido originalmente como un espacio privado para aristócratas. Sin embargo, el proyecto, que había sido financiado por el conde Eusebi Güell, fracasó como tal, lo que motivó a que el parque se abriera al público en 1926. Y esta vez sí: el éxito fue total.
Desde el bosque de columnas de piedra que se inclinan como árboles en una tarde de viento, hasta el famoso banco serpenteante que rodea el perímetro del mirador principal (y sin olvidar la casa en la que el propio Gaudí vivió durante los últimos 20 años de su vida), el parque es un vendaval de color y un festival de formas fantasiosas que fue declarado Patrimonio Mundial de la UNESCO.
NOTA: Para acceder a la Casa Museo Gaudí (la antigua casa del arquitecto en el Parque Güell) se requiere una entrada vendida por separado.