Palacio Nacional de Sintra, con entrada preferente.

De todos los palacios construidos por los monarcas portugueses durante la Edad Media, solo el palacio de Sintra, ha sobrevivido hasta la actualidad prácticamente intacto, manteniendo aún las mismas características esenciales de su forma y contorno desde mediados del siglo XVI. Las campañas del edificio principal que tuvieron lugar después de la reconquista cristiana en el siglo XII fueron patrocinadas por los reyes Dionisio, Juan I y Manuel I, entre finales del siglo XIII y mediados del siglo XVI. Estas campañas constaba de adaptaciones, ampliaciones y una mejora general, trabajos que le han dado al palacio su apariencia actual.
Los mil años de historia del palacio de la ciudad de Sintra comenzaron durante la ocupación musulmana de la península ibérica. Ya mencionado en los textos desde el siglo XI, el original palacio árabe se convirtió en la propiedad de la corona portuguesa después de la conquista de la ciudad de Lisboa por Alfonso Enríquez, el primer rey de Portugal, en 1147. Fue sometido a alteraciones en 1281, durante el reinado del rey Dionisio, y nuevas extensiones fueron posteriormente añadidas al edificio con el paso del tiempo durante el mandato de los reyes Dionisio, Juan I y Manuel I, pero ha mantenido su actual forma desde mediados del siglo XVI. La organización vertical de sus espacios, adaptándose a la naturaleza del terreno; la íntima organización de los patios interiores, espacios al aire libre en el que se puede escuchar el sonido de agua corriente; las ventanas con sus coronados arcos; y las paredes cubiertas de azulejos esmaltados con ricos diseños geométricos, son todas las características que destacan las raíces árabes de los artesanos que construyeron y embellecieron el palacio.